Por qué no usar el método Estivill

el método Estivill

A lo largo de los años, ha generado una gran controversia entre expertos en pediatría, psicología infantil y neurociencia. Aunque algunos padres reportan éxito en la aplicación del método, estudios científicos han señalado los efectos negativos que puede tener en el desarrollo emocional y neurológico de los bebés.

¿En qué consiste el método Estivill?

Este método, basado en las teorías conductistas del Dr. Richard Ferber, propone que los bebés aprendan a dormirse solos mediante un proceso de «extinción controlada». Para ello, se deja al bebé solo en su cuna y se siguen tiempos de espera progresivos antes de atender su llanto, con el objetivo de que el niño aprenda a calmarse sin ayuda externa.

El procedimiento básico consiste en:

  1. Colocar al bebé despierto en su cuna.
  2. Salir de la habitación y esperar tiempos progresivos antes de acudir si llora.
  3. Evitar el contacto físico y limitar la interacción a frases breves y tranquilizadoras.
  4. Repetir este proceso hasta que el bebé aprenda a dormirse solo.

Críticas y efectos negativos del método Estivill

1. Estrés tóxico en el bebé

Diversos estudios han demostrado que dejar llorar a los bebés sin consuelo puede generar un aumento significativo en los niveles de cortisol, la hormona del estrés. Un estudio publicado en Early Human Development (2012) indicó que, aunque los bebés pueden dejar de llorar tras varios días de aplicación del método, sus niveles de cortisol siguen siendo elevados, lo que indica que siguen estresados a pesar de no expresarlo.

El estrés tóxico puede afectar el desarrollo cerebral del bebé, interrumpiendo procesos esenciales como la formación de conexiones neuronales y la regulación del sistema nervioso autónomo. La exposición prolongada al cortisol se ha asociado con dificultades emocionales en la infancia, como mayor propensión a la ansiedad y la depresión.

2. Impacto en la formación del apego seguro

El apego seguro es fundamental para el desarrollo emocional saludable. La teoría del apego de John Bowlby y estudios posteriores han demostrado que los bebés que reciben respuestas consistentes y sensibles a sus necesidades desarrollan una mayor seguridad emocional y resiliencia. Ignorar el llanto de un bebé puede interferir en este proceso, generando inseguridad y ansiedad.

Un estudio publicado en Development and Psychopathology (2014) encontró que los niños que experimentan un apego inseguro debido a la falta de respuesta parental pueden desarrollar problemas de conducta y dificultades en la regulación emocional a lo largo de su vida.

3. Desarrollo neurológico y conexiones cerebrales

Los primeros años de vida son críticos para el desarrollo cerebral. Estudios en neurociencia, como los realizados por la Dra. Margot Sunderland (The Science of Parenting), sugieren que el llanto prolongado sin consuelo puede afectar la maduración del cerebro y alterar el desarrollo de regiones clave como el hipocampo y la corteza prefrontal, áreas relacionadas con la regulación emocional y el aprendizaje.

Además, la falta de respuesta a las señales de angustia del bebé puede alterar la producción de oxitocina, una hormona esencial para la regulación emocional y la construcción de vínculos afectivos. Investigaciones en The Journal of Neuroscience (2018) muestran que la oxitocina desempeña un papel crucial en el desarrollo del cerebro social.

4. Consecuencias en el bienestar emocional a largo plazo

Algunos estudios longitudinales han vinculado los métodos de entrenamiento del sueño con mayores niveles de ansiedad y problemas emocionales en la infancia y adolescencia. La investigación de Middlemiss et al. (2011) mostró que los bebés que eran dejados llorar sin consuelo tenían respuestas fisiológicas de estrés alteradas, lo que podría afectar su capacidad de manejar la ansiedad en el futuro.

Otra investigación en Psychoneuroendocrinology (2015) encontró que los niños que fueron sometidos a métodos de extinción del llanto presentaban mayores niveles de reactividad al estrés en la adolescencia, lo que sugiere que estos enfoques pueden tener efectos duraderos en la respuesta emocional del individuo.

5. Efectos en la relación entre padres e hijos

El método Estivill puede generar sentimientos de culpa en los padres y una menor sensibilidad a las señales de sus hijos. La crianza responsiva, basada en responder a las necesidades del bebé de manera empática, ha demostrado ser más beneficiosa para el desarrollo infantil y el vínculo afectivo entre padres e hijos.

Investigaciones han demostrado que los padres que siguen prácticas de crianza respetuosa reportan una mayor satisfacción en su relación con sus hijos y menores niveles de estrés parental. Un estudio en Parenting: Science and Practice (2020) mostró que los padres que responden de manera empática a las necesidades nocturnas de sus bebés tienden a experimentar menos estrés y mayor conexión emocional con ellos.

Alternativas Respetuosas al Método Estivill

Existen enfoques más respetuosos y basados en evidencia para fomentar el sueño infantil sin recurrir a la extinción del llanto. Algunas estrategias incluyen:

1. Rutinas de Sueño Consistentes

Crear rutinas predecibles y relajantes antes de dormir puede ayudar a los bebés a desarrollar asociaciones positivas con el sueño.

2. Colecho Seguro o Contacto Nocturno

El colecho seguro, recomendado por la Academia Americana de Pediatría (AAP) en ciertas condiciones, puede facilitar la lactancia nocturna y reducir los despertares.

3. Respuestas Sensibles al Despertar Nocturno

Atender las necesidades del bebé con calma y caricias puede ayudar a regular sus emociones y enseñarle gradualmente a dormirse sin ansiedad.

4. Método de Desaparición Gradual

Inspirado en la crianza con apego, este enfoque propone reducir progresivamente la presencia del cuidador sin generar angustia en el bebé.

Libros sobre el Método Estivill

El método Estivill, popularizado en gran medida por el libro «Duérmete niño» de Eduard Estivill y Mónica Pérez-Salazar, ha sido una de las obras más influyentes en la crianza moderna sobre el sueño infantil. El libro propone un enfoque estructurado y gradual para enseñar a los bebés a dormir solos, y ha sido adoptado por muchos padres que buscan una solución rápida a los problemas de sueño de sus hijos. Sin embargo, también ha sido objeto de crítica debido a las preocupaciones sobre los efectos del llanto controlado en el bienestar emocional y el desarrollo cerebral de los niños.

A lo largo de los años, han surgido otros libros y recursos que amplían o cuestionan el enfoque de Estivill, muchos de los cuales ofrecen alternativas más respetuosas o basadas en la crianza con apego.

1. «Duérmete niño» (Eduard Estivill y Mónica Pérez-Salazar)

Este es el libro original que presenta el método Estivill. En él, los autores explican cómo los padres pueden enseñar a sus hijos a dormir solos utilizando un enfoque de extinción gradual del llanto. La obra ofrece una guía paso a paso, que incluye cómo establecer rutinas, cómo identificar los signos de cansancio en los bebés, y cómo implementar tiempos de espera progresivos antes de acudir al bebé cuando llora.

Aunque el libro ha sido popular entre muchos padres, también ha generado una considerable cantidad de controversia debido a su enfoque en la «extinción controlada». Los críticos señalan que el método puede generar estrés innecesario en los bebés y que el llanto prolongado puede tener consecuencias emocionales y de apego a largo plazo.

2. «El sueño infantil» (Carlos González)

En este libro, el pediatra y experto en crianza Carlos González ofrece una perspectiva completamente diferente a la de Estivill. González aboga por un enfoque más respetuoso y flexible para el sueño infantil, basado en las necesidades emocionales del bebé y en la idea de que los niños pequeños necesitan sentir la presencia y el apoyo de sus padres durante la noche.

El autor rechaza la idea de dejar llorar al bebé para que aprenda a dormirse solo, sugiriendo que el llanto prolongado puede dañar el vínculo afectivo entre los padres y el niño. González también enfatiza que los bebés no están listos para dormir de forma independiente en sus primeros años y que este proceso debe ser gradual y respetuoso.

3. «La crianza respetuosa» (Isabel Fernández)

En esta obra, Isabel Fernández aborda cómo una crianza respetuosa, que incluya prácticas como el colecho y la respuesta inmediata al llanto, puede contribuir al bienestar emocional y al desarrollo saludable del niño. Fernández critica la aplicación del método Estivill y otros enfoques similares, ya que considera que no favorecen el vínculo afectivo ni el desarrollo saludable de los niños.

La autora proporciona herramientas prácticas para los padres que desean establecer una relación empática con sus hijos sin recurrir a métodos de extinción del llanto o al castigo. En lugar de imponer reglas estrictas, su enfoque promueve la colaboración y la adaptación a las necesidades de los niños, particularmente en lo que respecta al sueño.

Conclusión

El método Estivill, aunque popular, presenta riesgos científicamente documentados para el desarrollo emocional y neurológico de los bebés. Numerosos estudios han demostrado que permitir que los bebés lloren sin consuelo aumenta sus niveles de estrés, afecta su desarrollo cerebral y puede generar problemas emocionales a largo plazo. En contraste, las estrategias basadas en la crianza respetuosa y la respuesta sensible han demostrado ser más efectivas para fomentar un sueño saludable y fortalecer el vínculo entre padres e hijos.

Además, la evidencia científica respalda que los bebés necesitan proximidad y respuesta constante para desarrollar un sistema nervioso equilibrado. Un enfoque basado en la empatía y el respeto por las necesidades del bebé contribuye a una mejor salud mental y emocional a lo largo de la vida. Los métodos de entrenamiento del sueño pueden prometer resultados rápidos, pero es fundamental considerar las consecuencias a largo plazo en el desarrollo infantil.

En lugar de recurrir a métodos de extinción, los padres pueden optar por enfoques más empáticos y respaldados por la evidencia, asegurando así el bienestar emocional y físico de sus hijos. El sueño infantil es un proceso evolutivo, y acompañarlo con paciencia y respeto es la mejor manera de garantizar un desarrollo saludable y feliz para los más pequeños.

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