Qué hacer si tu bebé tiene cólicos

cólicos

Los cólicos en los bebés son un fenómeno común, especialmente durante los primeros meses de vida, y es algo que suele preocupar a los padres primerizos. Se caracteriza por episodios de llanto intenso, y aunque no son peligrosos, son estresantes tanto para el bebé como para los padres. Los cólicos pueden estar relacionados con varios factores, y aunque en muchos casos desaparecen por sí solos, entender sus causas y cómo manejarlos puede aliviar la angustia. En este artículo, exploraremos qué son los cólicos, cómo identificarlos y qué hacer para ayudar a tu bebé a sentirse mejor.

¿Qué son los cólicos en los bebés?

El término «cólico» se refiere a episodios de llanto excesivo y persistente en bebés saludables. En general, los cólicos suelen empezar a los pocos días o semanas de vida y alcanzan su punto máximo alrededor del segundo mes, desapareciendo generalmente entre los tres y seis meses. Aunque su causa exacta es desconocida, existen teorías sobre su origen, como la inmadurez del sistema digestivo del bebé, el gas acumulado en el estómago, y la sensibilidad a ciertos alimentos.

Se considera que un bebé tiene cólicos si llora durante al menos tres horas al día, tres o más veces por semana, y esto dura más de tres semanas. Estos episodios tienden a ocurrir principalmente por la tarde o la noche, y aunque no son peligrosos para el bebé, pueden resultar extremadamente estresantes para los padres, que no saben cómo aliviar el llanto.

¿Cómo identificar los cólicos?

Aunque todos los bebés lloran, los cólicos se caracterizan por su intensidad y duración. Para identificar si tu bebé tiene cólicos, debes observar lo siguiente:

  • Lloros excesivos e inconsolables: El llanto es fuerte y, en la mayoría de los casos, parece que el bebé está en dolor o angustia. A diferencia de otros tipos de llanto, el del cólico no se calma fácilmente con los métodos habituales como la alimentación o el arrullo.
  • Patrón regular de llanto: Los cólicos suelen seguir un patrón diario. Los bebés con cólicos a menudo lloran más intensamente por la tarde o la noche y pueden mostrar signos de incomodidad durante el llanto.
  • Posturas inusuales: Los bebés con cólicos suelen adoptar posturas tensas y molestas, como doblar las piernas hacia el abdomen, cerrar las manos y arquear la espalda.
  • Vientre distendido: El abdomen del bebé puede estar hinchado o tenso, lo que podría ser un signo de que el bebé está sufriendo malestares digestivos.
  • Inquietud constante: A veces, el bebé muestra signos de incomodidad después de comer y no se calma con un simple cambio de pañal o un beso. A menudo, este tipo de cólico no tiene un desencadenante claro y puede durar horas.

Causas de los cólicos

Aunque las causas exactas de los cólicos no se comprenden completamente, existen diversas teorías que los expertos han sugerido. Las principales son:

1. Sistema digestivo inmaduro

En los primeros meses de vida, el sistema digestivo del bebé aún está madurando, y esto puede causar molestias. Su estómago y tracto intestinal no están completamente desarrollados, lo que puede provocar que el bebé se sienta incómodo después de comer, y puede ser la causa de los cólicos.

2. Acumulación de gas

La ingestión de aire mientras se amamanta o se usa el biberón puede generar gas en el estómago del bebé, lo que puede resultar doloroso y causar que el bebé se ponga incómodo. Si el gas no se expulsa de manera efectiva, puede empeorar los cólicos.

3. Intolerancia a los alimentos o a la leche

En algunos casos, los cólicos pueden ser una respuesta a ciertos alimentos que la madre consume, especialmente si está amamantando. Algunos alimentos, como los lácteos o las comidas ricas en grasa, pueden causar malestar en el bebé. Si el bebé está alimentado con fórmula, puede ser sensible a ciertos ingredientes o a la fórmula en sí.

4. Estrés y estímulos externos

Los bebés son muy sensibles al estrés y a los estímulos del entorno. Un ambiente ruidoso o cambios bruscos de temperatura pueden desencadenar cólicos o empeorarlos. Las tensiones en casa, el llanto de otros niños o la sobreestimulación también pueden afectar al bebé y contribuir a la aparición de cólicos.

5. Reflejo de succión

Los bebés tienden a succionar de manera instintiva. Algunos pueden succionar en exceso o de forma inadecuada, lo que puede generar la ingestión de aire o una mala succión durante la lactancia, lo que puede provocar cólicos.

Qué hacer para aliviar los cólicos de tu bebé

Aunque los cólicos son difíciles de prevenir y, a veces, difíciles de tratar, existen varias estrategias que pueden ayudar a aliviar el malestar de tu bebé. A continuación, te proporcionamos algunas recomendaciones.

1. Cambios en la alimentación

Si amamantas, presta atención a lo que consumes. Algunos alimentos como los lácteos, la cafeína, los alimentos picantes o los alimentos grasos pueden estar relacionados con los cólicos en el bebé. Si el bebé está tomando fórmula, cambia a una fórmula anti-cólico o hipoalergénica y consulta con el pediatra para elegir la más adecuada.

2. Ayudar al bebé a eructar más a menudo

Los cólicos a menudo están relacionados con la ingestión de aire, por lo que ayudar a tu bebé a eructar después de cada toma puede ser útil. Asegúrate de darle tiempo para eructar de forma adecuada entre tomas, especialmente si se alimenta con biberón.

3. Masajes en el abdomen

Los masajes suaves en el abdomen de tu bebé pueden ayudar a aliviar la tensión y los gases acumulados. Usa movimientos circulares con tus dedos, siempre con mucha suavidad. Los masajes pueden ayudar a estimular el tracto digestivo del bebé y reducir las molestias.

4. Probar con un baño caliente

El agua tibia tiene un efecto relajante, y un baño puede calmar tanto al bebé como a los padres. Colocar al bebé en una tina con agua tibia puede ayudar a aliviar la incomodidad abdominal y proporcionarle un poco de descanso.

5. Crear un ambiente tranquilo

Un entorno tranquilo y relajante es clave para que el bebé se calme. Intenta reducir el ruido, bajar las luces y evitar el contacto con demasiados estímulos externos. El uso de una lámpara de sal o una luz suave puede ayudar a crear un ambiente adecuado para el bebé. Además, mantener la calma también es importante, ya que los bebés perciben el estrés de los padres.

6. Usar un chupete

El uso del chupete puede ser una forma de calmar a tu bebé. La succión es una acción reconfortante para muchos bebés, y ofrecerle un chupete puede ayudarlo a calmarse.

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7. Consultar con el pediatra

Si el llanto persiste o si tu bebé presenta síntomas adicionales, como fiebre, diarrea, o vómitos, es fundamental consultar a un pediatra. En algunos casos, los cólicos pueden estar relacionados con otras condiciones médicas, como infecciones o alergias alimentarias.

¿Cuándo preocuparse?

En general, los cólicos no son peligrosos y desaparecerán con el tiempo, pero en algunos casos, pueden estar vinculados a otros problemas de salud. Si el llanto no se calma a pesar de probar diversas técnicas, o si el bebé muestra signos de enfermedad, siempre es recomendable buscar atención médica.

Prevención de los cólicos

Aunque no siempre es posible evitar los cólicos, existen algunas medidas preventivas que podrían disminuir su frecuencia:

  • Evita que el bebé trague aire durante la toma: Asegúrate de que el bebé se prenda correctamente al pecho o al biberón, y de que no se quede con el biberón vacío, ya que esto puede hacer que ingiera aire.
  • Realiza pausas frecuentes para eructar: Durante la toma, haz pausas para permitir que el bebé eructe. Esto ayudará a liberar el gas atrapado en su estómago.
  • Mantén la calma: La ansiedad de los padres puede aumentar el estrés del bebé. Mantén la calma durante los episodios de cólicos y recuerda que esto es solo una fase temporal.

Conclusión: Manejo de los cólicos en los bebés

Comprender que los cólicos son temporales

Es importante recordar que los cólicos, aunque dolorosos para el bebé y angustiosos para los padres, son una fase temporal. En la mayoría de los casos, los cólicos desaparecen por sí solos a medida que el bebé crece y su sistema digestivo se desarrolla. Como padres, la comprensión de que esta etapa pasará puede ayudar a manejar el estrés que genera el llanto constante del bebé. La paciencia y la disposición a probar diversas técnicas de alivio son fundamentales para afrontar este desafío de manera efectiva.

La importancia de la calma y el autocuidado

El manejo de los cólicos también implica cuidar de ti mismo. El estrés y la frustración pueden acumularse rápidamente en los padres, y esto puede dificultar la capacidad para abordar la situación de manera tranquila. Encontrar momentos para relajarte, pedir ayuda cuando sea necesario y aceptar el apoyo de familiares o amigos es clave para mantener el bienestar emocional. Al estar más relajado y calmado, será más fácil ofrecer consuelo al bebé durante los episodios de cólicos.

La intervención médica como último recurso

Si bien los cólicos no son peligrosos, en ocasiones pueden estar relacionados con otros problemas de salud. Si el bebé presenta síntomas adicionales, como fiebre, vómitos, diarrea o un llanto persistente que no responde a las técnicas de consuelo, es importante consultar con un pediatra. Asegúrate de que no haya otras condiciones subyacentes que puedan requerir atención médica.

Apoyo a través de la comunidad

Finalmente, el apoyo de otras madres y padres que han pasado por la misma experiencia puede ser muy útil. Compartir consejos, sentimientos y preocupaciones con otros padres puede proporcionar consuelo emocional y estrategias adicionales para manejar los cólicos. No tienes que enfrentar este desafío solo, y la comunicación abierta con aquellos que entienden lo que estás viviendo puede ser un gran alivio.

En resumen

Los cólicos en los bebés son una fase difícil pero temporal. Con paciencia, técnicas adecuadas y el apoyo adecuado, los padres pueden manejar esta etapa con más tranquilidad. Recordar que esto no es permanente y que el bebé eventualmente superará esta fase es fundamental para mantener la calma y el bienestar en el hogar.

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